Pepe tiene 58 años, lleva más de 30 dedicado a la hostelería, pero su bar acumula una deuda de 7.000 euros. Sus vecinos se han movilizado para ayudarle a pagar las facturas y conseguir que no cierre.
Los habitantes de Algar, un pequeño pueblo gaditano, se están volcando con uno de sus vecinos. Se llama Pepe, tiene 58 años y hace más de tres décadas que se dedica a la hostelería. De hecho, es propietario de uno de los bares del municipio. Actualmente acumula una deuda de hasta 7.000 euros y no ve otra solución que echar el cierre.
Su venta no le da para pagar gastos fijos como el alquiler del local y las facturas propias del establecimiento. Por eso un grupo de personas ha organizado rifas de productos donados para recaudar dinero y echarle una mano. ¿El primer producto sorteado? Una paletilla de jamón que el carnicero de la localidad no dudó en regalar al descubrir el fin solidario de esta acción.
Al jamón se suman ahora un bolso, un queso, ropa, aceite o una medalla de la Virgen de Guadalupe, que es patrona de la localidad.
El afortunado que consigue estos artículos los entrega para que se vuelvan a sortear y así sucesivamente. Una rifa que, de esta forma, no termina nunca y que ayuda a alcanzar la cantidad de dinero que Pepe necesita.
Los residentes de Algar están poniendo todo de su parte para que Pepe pueda continuar su actividad en el bar. Eso sí, la hostelería no es el único negocio del pueblo afectado por la subida del precio de la luz y la comida. Confiamos en que después de esta iniciativa tan peculiar, a estos vecinos se les ocurrirán más formas de ayudarse.