Sin agua no podemos vivir. El cuerpo humano está compuesto en un 60% de agua, y una persona solo puede vivir sin agua entre 3 y 5 días. Con datos como este, toma aún más importancia la hazaña de un inventor español, que ha creado una máquina que puede producir agua de la nada.

La compañía de origen sevillano llamada Aquaer ha creado una línea de máquinas que extraen agua potable directamente de la atmósfera. Estas máquinas están pensadas para ser usadas en regiones áridas donde la población sufre la escasez de este recurso.

Enrique Veiga, el ingeniero de 82 años que inventó la máquina durante una dura sequía en el sur de España en la década de 1990, tiene claro el objetivo de su invención capaz de producir agua de la nada.

«El objetivo es ayudar a la gente», indicó Veiga. «El objetivo es llegar a lugares como campos de refugiados que no tienen agua potable»

Los dispositivos fabricados por Aquaer ya están suministrando agua limpia y segura a las comunidades de Namibia y a un campo de refugiados libanés. «En los pueblos que visitamos en Namibia, estaban asombrados, no entendían, preguntaban de dónde venía el agua», aseguró el ingeniero de origen gallego.

Estas máquinas usan electricidad para enfriar el aire hasta que se condensa en agua, aprovechando el mismo efecto que causa la condensación en las unidades de aire acondicionado. Es de esta forma que pueden producir agua de la nada.

Mientras que otros generadores de agua que usan una tecnología similar requieren una alta humedad en el ambiente y bajas temperaturas para funcionar de manera efectiva, las máquinas de Veiga funcionan incluso a temperaturas de hasta 50º y pueden trabajar con una humedad de entre el 10% y el 15%.

Una máquina  pequeña puede producir de la nada de 50 a 75 litros al día, y se puede transportar fácilmente en un carro. Sin embargo, las versiones más grandes de la invención de Veiga pueden llegar a producir hasta 5.000 litros al día.

«Nuestra idea no es solo hacer un dispositivo que sea efectivo, sino también que sea útil para las personas que tienen que caminar kilómetros para buscar agua o hacer pozos», afirma Veiga.

Nhat Vuong, un refugiado vietnamita con sede en Suiza, se unió a la causa después de conocer a Veiga y visitar un campo de refugiados cerca de Trípoli en el Líbano en 2017. Vuong fundó una organización sin ánimo de lucro, Water Inception, que trajo una máquina de 500 litros al día al campamento.

«Está funcionando muy bien, estoy muy feliz», dijo Vuong, quien ahora está recaudando fondos para instalar paneles solares que servirán para reducir el coste de la electricidad y reducir el impacto ambiental del proyecto.

Fuente: La cara buena del mundo

Compartir

Grupo

Para saber aún más

Noticias positivas

Noticias positivas

Vídeos para el cambio

Vídeos

Artículos con principios

Artículos

Suscríbete a nuestro Boletín